Archivo de junio, 2019

ESPÍRITU Y ALMA

Posted in Uncategorized on junio 29, 2019 by Giuseppe Isgró

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ESPÍRITU Y ALMA

 

©Giuseppe Isgró C.

 

 

Preguntó Escudero, a Hidalgo:


Escudero, responde Hidalgo: -El Alma del ser, es el elemento de enlace que une al Espíritu con el cuerpo. También se le denomina, en la terminología de Aurobindo: Hilo de plata; en la Doctrina Espírita, Peri-espíritu, término acuñado por Allan Kardec. Otros términos que se utilizan como sinónimos, son: Cordón de Plata, ya que el Alma, además de conformar una especie de envoltura fluídica del Espíritu, que le sirve de vehículo en la dimensión espiritual, es una especie de cordón fluídico, cuya característica es su elasticidad, que le permite emanciparse del cuerpo y viajar hasta donde el potencial del Espíritu se lo permita.
 Hidalgo, -¿Qué entiendes por el alma del hombre?

Es importante percibir que el resultado de la experiencia del Espíritu, en cada pensamiento, sentimiento, palabra y acto, se le manifiesta en el mismo Espíritu, como aptitud, que es la capacidad de percibir, comprender y realizar de manera implícita al desarrollo alcanzado, o estado de conciencia inherente. También, lo hace como actitud, positivo o no, frente a la realidad de la vida. La potencia de la vida se expresa, como conocimiento y sentimiento; visión y energía; aptitud y actitud. Estado de conciencia y grado de desarrollo. Existe la experiencia obtenida, y el fruto de esa misma experiencia que se manifiesta como visión clara de las cosas de las cuales se ha adquirido conciencia, en el inherente grado o estación de progreso. A pesar de que se le suele considerar al alma como sinónimo del Espíritu, el alma y el Espíritu, son diferentes, aunque conforman un todo. Ya Platón diferenciaba claramente al Espíritu del Alma, al denominarle al primero Nous, y a la segunda: Psique (psiché). Él anteponía un ejemplo con el ojo y la mirada. No es el ojo quien mira; se contempla a través del ojo, pero, quien lo hace por medio del ojo como una ventana al mundo, es el Espíritu.

Es importante destacar que la memoria quien la conserva es el Espíritu, no el alma y mucho menos, el cerebro que es un instrumento físico. Quien recuerda es el Espíritu, y lo realiza por el recuento contable de los pensamientos, sentimientos, palabras y actos experimentados y realizados, u omitidos y la experiencia inherente recabada, que se manifiesta en el conductor: el Espíritu, como aptitud y actitud, percepción y comprensión, o percepción e incomprensión, en conocer y en el anhelo de realizar, o en la ausencia de deseo de poner en práctica lo que el deber impele a ello. La misma conciencia de la ignorancia de algo, ya es un progreso importante. Si no existe conciencia de lo que se ignora, cómo se va adquirir el conocimiento respectivo, o equivalente?

Al igual que la memoria no se encuentra, como atributo, en el cerebro físico, y existenten pruebas abundantes al respecto, la memoria espiritual no reside en el alma, sino en el Espíritu. Sin embargo, en algún sitio específico del ser, existe un archivo de cada ciclo existencial que se puede rememorar. Empero, sin recordar hechos particulares, la experiencia recabada por las situaciones afrontadas del pasado, se manifiestan, en la actualidad, al afrontar situaciones análogas, en forma instantánea, como capacidad perceptiva, comprensiva y realizadora. Son las cualidades innatas que cada ser trae de todos sus ciclos de vidas anteriores, por medio de la experiencia.

La experiencia, Escudero, es la clave a la cual hay que prestarle mucha atención para descifrar un sinnúmero de enigmas existenciales.

Aquí es importante destacar lo siguiente: El ser trae a la vida como atributos divinos los mismos de los del Ser Universal, con una capacidad potencial infinita de percibir, comprender y realizar; pero, le falta la experiencia. Empero, las situaciones afrontadas, o necesidades o anhelos, manifiestan tanto el conocimiento requerido como el poder creador inherente para resolverlas, o alcanzar un objetivo determinado. Mientras más elevado el grado de complejidad de la situación manifestada, en igual grado se expresa el potencial creador-realizador infinito que se anida en cada ser, en conocimiento y poder de hacer o dejar de hacer. Sin embargo, la experiencia que ya se posee, determina un dominio de las situaciones del cual carece quien se encuentre exento de la misma. Esa es la riqueza que cada quien lleva consigo, como decía Pitaco: -“Todo lo llevo conmigo”. Claro, así es Escudero: -La experiencia, el conocimiento, la visión y el saber hacer, o la capacidad de dejar de hacer lo que no debe ser efectuado. Cuanto tiempo perdido, y sinsabores, se habrían ahorrado los seres humanos con solo haber tomado la determinación de no llevar a cabo determinadas acciones, de las cuales, además del arrepentimiento, posteriormente han debido efectuar las compensaciones inherentes. Sin embargo, la experiencia recabada permite percatarse que nada se pierde, y que todo es ganancia: la experiencia.

Al alma se le considera formada de materia quintaesenciada, como si fuera una especie de silicón sólido-transparente, más sutil que la materia normal, pero materia al fin. Sin embargo, aún queda mucho por estudiar sobre el tema, Escudero.

Hidalgo, -Está claro que el Alma y Espíritu son cosas diferentes.

Escudero: -El alma y el Espíritu, como tú muy bien lo dices, son diferentes; el Espíritu es el conductor, la vida, la inteligencia, el carácter, la voluntad y tantos otros atributos que les son inherentes, mientras que el Alma es el medio de enlace entre el Espíritu y el cuerpo, y a la vez es el vehículo del Espíritu en la dimensión espiritual.

Hidalgo, -Es el Espíritu del hombre inmortal?

El Espíritu es inmortal y eterno, mejor dicho, ab y coeterno con el Ser Universal. Es decir, ha existido desde siempre. Es una emanación del Ser Universal en la conciencia individual de cada ser, en los cuatro reinos naturales, en el alma universal, sin dejar de Ser la Divinidad y sin separarse de la Divinidad. Es parte indivisa de la Divinidad. Posee, exactamente, todos los atributos de la Divinidad, idénticos, sólo que en estado de potencialidad infinita, que eternamente irá desarrollando, por medio de las necesidades experimentadas y de la experiencia adquirida. Mientras que, la Divinidad posee esos mismos atributos –valores universales, desarrollados en todas las vertientes y variantes, en grado infinito. La Divinidad es anhelo de ser; el Espíritu de cada ser, es la expresión de esa voluntad. El Espíritu de cada ser, posee, también, el poder potencialmente infinito de la Divinidad, pero lo expresa, -únicamente- según el grado de necesidad o anhelos que experimenta, tanto para satisfacer las necesidades, como de efectuar sus realizaciones. En el Espíritu, los atributos divinos, o valores universales, se expresan en la conciencia, como sentimientos de los valores universales cuyos parámetros le sirven de guía en sus pensamientos, sentimientos, palabras y acciones. El resultado de la experiencia adquirida, en el Espíritu, se refleja como APTITUD, es decir, capacidad perceptiva, comprensiva y realizadora, mientras que en el alma, como un simple archivo contable de sus pensamientos, sentimientos, palabras y acciones. Es decir, en el Espíritu se refleja el efecto de esas experiencias, como visión, capacidad de hacer o de dejar de hacer. Los atributos principales del Espíritu son: INTELIGENCIA, CARÁCTER Y CONCIENCIA. Su evolución se refleja como adquisición de estados más elevados de conciencia, inteligencia avivada y carácter más definido y firme en los valores., en grados que van del cero grado al infinito, infinito que jamás alcanzará, por cuanto, siempre encontrará un más allá. Es importante recordar la percepción de la conciencia, en la Masonería, como una réplica exacta de la conciencia de la Divinidad, atributo principal del Espíritu.

Qué consecuencias se derivan del conocimiento de la existencia del Espíritu y de su inmortalidad?

Un cambio de perspectivas, que transforma la visión existencial y le da un sentido a la vida, que de otra manera, no sería fácil encontrarle.

Un tema para desarrollar desde muchos puntos de vista, y que haremos, Escudero, en otras jornadas.

 

Posted in OPINIONES E IDEAS, DERECHOS Y OBLIGACIONES., Uncategorized on junio 23, 2019 by Giuseppe Isgró

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OPINIONES E IDEAS,

DERECHOS Y OBLIGACIONES.

 

©Giuseppe Isgró C.

 

 

Escudero, -dijo Hidalgo:

Hay opiniones e ideas, derechos y obligaciones.

Las opiniones y las ideas ajenas se respetan, aun cuando no se compartan, tal como a cada quien le gusta con las propias. Eso es signo de madurez mental: el respeto a las opiniones e ideas ajenas, aunque se sustenten otras de muy diferente naturaleza. Es respeto a la propia dignidad, respetar la dignidad ajena. Igual respeto implica hacia las propias opiniones e ideas, al respetar las opiniones e ideas diferentes de las demás personas. Si respetamos merecemos respetos. Si se falta al respeto ajeno se hace en detrimento del propio, de la íntima respetabilidad.

Igual ocurre con los derechos ajenos, erga omnes, que implican la obligación de todos de respetar.

Ahora bien, Escudero: las opiniones pueden ser correctas o falsas; los derechos, verdaderos, o inexistentes. Si verdaderos, imponen el respeto ajeno.

A las falsas opiniones, generalmente, el silencio las extingue, ya que, por sí mismas no son sustentables. Las que han persistido, en el espacio y tiempo, casi siempre lo fueron a sangre y fuego, en eras oscuras, o medievales, que luego las generaciones sucesivas, han creído por verdaderas. Hay muchas que siguen enseñándose como verdaderas, siendo incorrectas, o no ajustadas a la verdad, que los líderes mundiales deberían tomar cartas en el asunto para corregirlas. Sería inútil atacarlas, ya que implicaría echarle más leña al fuego. Al no echarle más leñas, el fuego se apaga por sí solo, en tiempo oportuno, al hacerse conciencia al respecto. La luz de la conciencia evacúa la oscuridad. por si sola, con naturalidad.

Aunque las falsas verdades sean sustentadas por reconocidas o aparentes autoridades, no por eso dejan de ser falsedades, o apreciaciones incorrectas de las verdades. Eso no ocurre, únicamente, con aquellas doctrinas que tradicionalmente provienen de trayectorias oscurantistas, no, también muchas doctrinas que se autoproclaman de luz, que sustentan verdades inamovibles promovidas por grandes mensajeros de luz, que los seguidores asumen como verdades irrefutables, son matrices de opiniones sobre las cuales, realmente, no se piensa a fondo para discernir la verdad. Sus cultores, sin quererlo, también se transforman en difusores de falsas verdades, creyendo que las mismas son verdades absolutas porque fueron dichas por un gran maestro.

Durante casi dieciocho siglos los pensadores más importantes de la historia, en el mundo occidental, creían que era imposible que Aristóteles pudiese, siquiera mínimamente equivocarse. Y estamos hablando de la gente que se supone la flor y nata del pensamiento científico o filosófico. Y sin embargo, Aristóteles se equivocó en muchas apreciaciones científicas. Pero, eso no desmerece para nada la excelencia del Gran Estagirita, que es una de las mentes más portentosas de la historia. Él mismo se habría corregido; pero, sus seguidores consideraban un sacrilegio pensar que se hubiese equivocado. Newton, Galileo y otros científicos, en torno al renacimiento, comenzaron a percibir la realidad al respecto.

Por eso, Escudero, no hay que entrar en controversias con aquellos que no tienen ideas propias y que a todo oponen una cita o comentario de algún libro o autor famoso, ignorando si lo que citan es correcto o incorrecto.

La verdad que puede ser dicha no es toda la verdad que es y que llegará a manifestarse ad infinitum, en el eterno ahora; siempre hay un más allá. Además de la verdad hoy existente, se le sumarán otras en las infinitas estaciones de la vida, viendo cada vez más lejos, más clara y correctamente.

No pierdas el tiempo, Escudero, con personas poco capaces de pensar por sí mismas, buscando corregir su manera de pensar. Ellos son tenaces en sus opiniones y buscarán convencerte, sin razón, sin ton ni son, y perderás tu tiempo. Por otra parte, Escudero, aun cuando tú estimes que las demás personas se encuentren en error, debes respetar su manera de pensar, tratando de entender por qué piensan de esa manera. Debes respetarle, al igual que tú anhelas que respeten tus opiniones e ideas, tomando en cuenta que el equivocado podría ser tú mismo, sin que por ello tu interlocutor no deje de estar, también en error.

Porqué, Escudero? Es necesario discernir al respecto: Quien tiene la verdad? Casi todos aquellos que creen tenerla, en absoluto, no la tienen en absoluto, ya que, en absoluto solo la Divinidad la posee en todas sus vertientes y variantes. Y es tanto, pero tanto lo que desconocemos, que con el tiempo, todo lo que conocemos habrá que olvidarlo, y en su lugar ir aprendiendo cosas más acordes con la verdad. Por eso, es importante respetar las opiniones ajenas para cultivar la amistad entre las personas de diversas ideologías y creencias, trascendiendo las diferencias aparentes. Es preciso tolerancia, respeto, justicia, amor, abandonar toda indebida discriminación, de cualquier tipo: étnico, espiritual, social, humano, de reinos naturales, ultural, de actividades, y de cualquier otra índole, respetando las leyes naturales, o de Derecho natural.

Tomemos nota de lo que estimamos un error, o una falsa verdad, e investiguemos a fondo sobre el tema, para discernir la verdad. Eso es lo que hacía Aristóteles cuando se disponía a escribir sobre un tema, o tópico determinado. Estudiaba a fondo todo lo existente hasta ese momento, para formarse una idea general y así compenetrarse con todos los aspectos inherentes, viendo más allá de las apariencias. Si percibes una verdad, es tu deber exponerla a quien anhele escucharla, para aprender, sin tratar de imponerla, atacando al error. Las grandes verdades, o ideas, tardaron en ser aceptadas, y muchos de sus divulgadores sufrieron los rigores de épocas inquisitoriales. Era una época en que se mezclaba la ignorancia con intereses creados con una finalidad: hacer olvidar el desarrollo de la cultura clásica, para mantener la ignorancia entre las grandes masas, que incluía, virtualmente, toda la humanidad del mundo occidental. Oriente, no sufrió esos rigores y preservó su legado antiguo de sabiduría: verdadero tesoro de la humanidad. Por eso bibliotecas como la de Alejandría y la de Córdoba, los dos casos más singulares, sufrieron los rigores del fuego. La ciencia clásica, las grandes obras de la cultura griega y la latina, y de otras regiones del mundo, allí conservadas, se perdieron en gran parte, y el resto, virtualmente olvidado. Gran labor de los humanistas florentinos del siglo XIV: Petrarca, Boccaccio y Dante Alighieri, Giotto, Cimabue, la de los Árabes, que fueron una luz en la oscuridad, en su expansión por diversas regiones del mundo, preservando, traduciendo y difundiendo las pocas obras clásicas que nos quedan en Córdoba, y Toledo, España; en Palermo, Sicilia, y Florencia, Italia, y posteriormente, al desembocar el humanismo en el Renacimiento, italiano, primero, y Europeo, posteriormente, cada país dio su aporte para recuperar un saber integral perdido de la antigüedad clásica. Los siglos XIX y XX contribuyeron en la emancipación de la humanidad de un yugo medieval, que le mantenían, adrede, en compartimientos estancos de determinada clase de ignorancia. Pero, ese riesgo, o peligro de una vuelta a acciones tendientes a volver al olvido de los avances alcanzados en los últimos siglos, no se ha extinguido. Hay señales evidentes de ello y tendencias que non deben ser disimiles de aquellas causas que, según las diversas tradiciones históricas, o leyendas, se mencionan como causas de las desapariciones de diversas civilizaciones como la Atlante, la de Lemuria o Mu, el continente perdido del océano pacifico, Palmira, y algunas más recientes.  Louis Pauwels, en los primeros años de la década de los años setenta, sel siglo XX, tuvo una lucida percepción de esta realidad, al hablar en su artículo publicado en la Revista Planeta, De un Renacimiento a otro, sobre esta realidad. Nosotros mismos, en Sevilla, a finales del año 2011, en nuestra conferencia sobre El humanismo, sus orígenes, causas y consecuencias, analizamos 1.700 años de historia del mundo occidental, y percibimos como cada determinado tiempo se manifiesta un fenómeno recurrente de esta tendencia de un regreso a situaciones tipo oscurantistas, pero, al mismo tiempo, se manifiestan, también, movimientos equilibrantes en la historia mundial. Pero, los cultores de ambas tendencias, están latentes, allí, cada uno realizando su labor, hasta que, con el tiempo, se alcance una nueva edad de oro permanente, que aún está lejana en el horizonte, y que los grandes utopistas del siglo XX previeron a partir del año 26.000 de nuestra era, y que debería estar consolidado hacía el año 30.000 de nuestra era, como base mínima para construir el verdadero desarrollo al que pareciera estar destinado el planeta tierra, algo que ahora se estaría muy lejos de imaginar. Aun así Escudero, nada cierto hay al respecto, ya que podría requerirse, todavía, un lapso mayor para que la humanidad alcance niveles de conciencia adecuados y acordes capaces de manifestar un mundo ideal que, ahora, estamos muy dejos de imaginar, en su exacto potencial. Bastaría darle una ojeada al mundo actual para darse cuenta. Pero, aún así, muchas cosas serán percibidas por una mínima cantidad de personas. El resto deberá entrenarse para ver más allá de las apariencias. El ser humano normal, imbuido del atosigamiento existencial que no le deja tiempo, y la mayoría no desean tomarlo para pensar, solo podrán percibir algunas de las pocas cosas que permite el encajonamiento en que las diversas sociedades se encuentran. Por eso la historia es una gran maestra que permite observar como los ciclos históricos se repiten, cada cierto tiempo, y que algunas conflagraciones mundiales podrían volver a ocurrir por la intolerancia en las ideas de espiritualidad, ya que predominarán, en el futuro, dos grandes grupos: Los tolerantes, de elevada conciencia y cultura; los intolerantes, encerrados en torno a unos pocos libros, con visión poco lúcidas, que constituirán  una especie de ejércitos que como hormiguitas trabajarán en cruzadas para mantener épocas medievales. Al final, todo dependerá del triunfo de los tolerantes o de los intolerantes. He ahí la importancia de la educación de los valores y de elevados estados de conciencia en torno al amor, la justicia, la belleza, el respeto, la tolerancia y la convivencia armónica entre todos. Es una gran tarea la que se tiene por delante, que trasciende a toda Doctrina individual. Es preciso la unión de todos.

A todo esto se suma el inmenso riesgo ambiental sobre el que, gran número de países están tomando conciencia, y carta en el asunto. Pero, es un peligro latente inminente a corto y mediano plazo.  El largo plazo ya llegó, está ahí, transformado en corto plazo. El deshielo del polo norte como consecuencia del calentamiento global implica graves riesgos para los cuales pareciera existir poca competencia para revertirlo, pese a los esfuerzos de unos pocos. Lo más asombroso, es que, quien toma la palabra para alertar al mundo sobre el inminente peligro en una estupenda jovencita sueca,  Greta Thunberg, centrando la atención en los jóvenes para moverle a acciones para las cuales estima que no hay tiempo que perder.  Son ejemplos para ser emulados por los adultos, y sobre todo, por los líderes, que en tal rol, tienen una inmensa responsabilidad, para las cuales, los nuevos líderes deben prepararse mejor, trascendiendo intereses grupales que inhiben la creatividad para el ejercicio de la libertad ética.

Nadie convence a nadie, Escudero. Cada quien debe convencerse a sí mismo y lo hará al adquirir conciencia de lo que ignora, en determinado grado, y así en forma gradual, ad infinitum.

Parafraseando a Lao Tse, se podría decir: Cuando percibimos lo que es la verdad, nos damos cuenta de lo que es la falsedad, en determinado grado.

Se come cuando se tiene hambre; se duerme cuando se tiene sueño; se trabaja cuando se tiene ganas o necesidad.

A quien no desea escuchar es inútil hablarle porque estará orgulloso con su ignorancia, cuya magnitud desconoce, al igual que todos nosotros. Mientras mayor sea el grado de ignorancia de una persona, por supuesto, inconsciente, -ya que la ignorancia consciente es una bendición- en igual grado se manifiesta su convicción de que su verdad, es la verdad. Y podría ser cierto en determinados casos, pero, no en la mayoría. He ahí la importancia de la tolerancia y de no perder el tiempo en quienes dicen: Convénceme usted! No, Escudero, no eres tú el que debe convencerle; es esa misma persona que debe hacerlo por el estudio serio, por la búsqueda sincera. Entonces, sí encontrará los labios que le expliquen las verdades que sea capaz de asimilar. Pero, la vida no deja de ser la auténtica pedagoga que hace aflorar en la conciencia, lo que cada ser precise, en cada momento. Hay quienes siguen las inspiraciones; y quien hace caso omiso.

Por eso Escudero, ejemplos de ese tipo deben ser luz para ti, no emulando conducta igual, creyendo que tu verdad es inmutable, o la verdad. Todo cambiará, paralelamente a que cambia la propia conciencia y se percibirán nuevos aspectos de la verdad, antes inadvertidos. De ahí, que siempre hay que respetar las opiniones ajenas, aunque no las compartamos ni estemos de acuerdo con ellas.

Eso sí, Escudero, es nuestro derecho y obligación, impartir la verdad tal como la concebimos y hasta el grado en que la asimilamos. Hagamos caso omiso de las falsas verdades, sin importar que autoridad histórica la sustente. Debemos forjarnos ideas propias, aunque nos equivoquemos una o mil veces. Parafraseando a Confucio, podríamos decir: No hay que vanagloriarse de nunca equivocarnos, sino de enmendar el error cada vez que lo percibimos. Es preciso perfeccionar el arte de ver más allá de las apariencias y observar las cosas tal como son.

 

Y una cosa más, Escudero: Jamás olvides reconocer la verdad cuando cualquier persona la expresa, como te gustaría que lo hicieran contigo. Son muchos los que, percibiendo la verdad en los dichos ajenos, rehúsan reconocerla por falsos prejuicios. No, Escudero, reconocer los méritos ajenos enaltece a la persona, demuestra su madurez y nobleza de carácter. Somos todos aprendices, Escudero. Pero, por sobre todo, hay que ser buenos aprendices. La Gran pedagoga es la Divinidad. Hay que adquirir conciencia de la conexión divina, siempre existente con ella, como fuente de luz, amor, justicia, belleza, fortaleza, templanza y tolerancia. También, de humildad. La Divinidad enseña en silencio, en forma permanente.

Adelante. 

 

Posted in Uncategorized on junio 18, 2019 by Giuseppe Isgró

QUIJOTE

LA AMISTAD, ESCUDERO, LA AMISTAD:

©Giuseppe Isgró C.

La amistad, Escudero, es la clave, -dijo Hidalgo:

Es, probablemente, la mayor posesión del ser humano, y, por qué no?, de cada ser en los cuatro reinos de la naturaleza.

Hay muchas maneras de medirla, según cada quien.

No se mide por la frecuencia con que los amigos se encuentran. Diría, al contrario, que la verdadera amistad no precisa tanta frecuencia de encuentros, que podría transformarse en abuso de confianza.

La verdadera amistad, es como sentir al amigo, o amiga, como parte del propio ser, buscando aportarle lo mejor, respetando su autonomía y todo lo que le es inherente.

Si hay amistad, decía Aristóteles, no hace falta justicia, ya que la amistad, contiene todos los valores de los atributos divinos: justicia, amor, respeto, tolerancia, fortaleza, belleza, prudencia.

Se puede estar separado por un océano, o un mundo, tardar en encontrarse una eternidad, pero, la amistad está allí, siempre presente, latente y activa a la vez. Cuando un recuerdo del uno con el otro se cruza por la mente, siempre es con afecto, admiración, respeto, simpatía, y el recuerdo que aflora en la mente, dinamiza los propios sentimientos, renovando lazos de amistad ad infinitum.

La amistad se alimenta por sí misma, valor por valor: implica afinidad de Espíritus, de ideas, simpatía recíproca aunque haya disparidad de ideas, ya que, por encima de todo, predomina el respeto. La amistad respeta la esencia del otro, sin previo juicio o prejuicios, por cualquier razón indigna de la esencia divina que se anida en el ser de cada quien. Si hay prejuicios de grupos étnicos o de otra índole, o irrespeto de la palabra dada, o forzando la palabra que no se desea dar, son evidencia de que la amistad, aún, no se ha consolidado. La amistad no es negocio, pero se prefiere hacer negocios con los amigos, por el trato justo que se recibirá, y el trato justo con que se corresponderá. Se recomienda al amigo, porque se sabe que siempre rendirá honor a la amistad, pero, la amistad, repudia abusar de quien la profesa con reciprocidad.

Si algo es equiparable al amor, es la amistad, ya que ambos sentimientos están imbuidos de los mismos valores que les son inherentes, y si faltare alguno de ellos, no existiría ni el amor ni la amistad.

A nivel espiritual, trascendiendo la materia, no existe distinción entre el amor y la amistad.

A nivel de la dimensión física, se confunde la atracción física con el amor, o la interacción entre los seres; empero, puede haber ésta última sin existir el amor ni la amistad.

En la dimensión espiritual, exenta de cuerpo físico, el amor y la amistad coexisten: existiendo uno, se manifiesta el otro sentimiento, y viceversa.

Por eso, por la amistad, aunque vivan dispersos los seres amigos por el mundo, o en diversos mundos del universos, conforman una sola familia. Podemos decir que la verdadera familia existe entre los amigos, y que entre los miembros de la familia, si no hay amistad, son como seres extraños, y por supuesto hay muchos ejemplos que no viene al caso citar.

Pero, la familia es el núcleo social que utiliza la ley divina para agrupar amigos y enemigos, a la vez, los unos para ayudarse, los otros para compensarse recíprocamente, haciendo que vayan desapareciendo, gradualmente, las asperezas, y vaya naciendo el afecto, el amor y la amistad. La familia es una escuela de vida, donde sus integrantes aprenden a ser amigos, por la convivencia natural manifestada por el orden cósmico, regido por las leyes de: amor, afinidad, prudencia, justicia, igualdad, compensación, equilibrio, perdón, fortaleza, templanza, solidaridad y amistad.

El amigo de muchas vidas, al encontrarlo en la presente, nos parece como si le conociéramos de toda la vida. Realmente, le reconocemos, pero no nos damos cuenta que estamos recordando al amigo de eras pasadas. La amistad trasciende las barreras existenciales y se manifiesta a primera vista, por la afinidad, por la semejanza de gustos, ideas, inquietudes. El afecto nacido en lejanas eras, persiste en el espacio y tiempo, en las diversas dimensiones, en el ahora, eterno presente, y se manifiesta a simple vista, aunque el ropaje actual sea diferente. El Espíritu percibe al amigo más allá de las apariencias temporales.

La amistad se manifiesta entre los seres de todos los niveles de progreso, aún en los niveles rudimentarios, en aquellos que errantes, en lo externo de la recta senda, o extraviados andan, se apoyan recíprocamente. Los lazos de amistad se expresan en todos los niveles, estados de conciencia o estaciones de la vida, -grados de progreso- y no es más que le lay de afinidad, coadyuvante de la de amor, que ordena todo lo existente por los grados afines de las respectivas sumas existenciales.

El amigo enseña con el ejemplo, sin proponérselo. Expresa sugerencias como si se tratara de un padre a un hijo, de un hermano a otro. Busca el bien del otro, y ayudándole se ayuda a sí mismo.

Un día, aunque ahora parezca lejano, todos los seres de los cuatro reinos naturales, seremos amigos. Cuánto tiempo habrá que transcurrir para que un lobo y un ovejo sean amigos? Cuando eso ocurra será señal cierta de que habremos alcanzado la auténtica edad de oro. Por qué, pregunto, entre los seres humanos no existe, ahora, canibalismo? O, canibalismo es solamente el consumo de la carne del otro?

Eso índica lo que no es la amistad, ya que, escudándose detrás del disfraz de la amistad, o del amor, o de la fraternidad, o cualquier otra formalidad, se suelen cometer actos de canibalismo, metafóricamente hablando, que no desmerecen el uno del otro en sus respectivas manifestaciones.

La amistad es la potencia humana, y de los cuatro reinos naturales, que acelerará la llegada a la edad de oro, más rápidamente, o en el tiempo justo y perfecto: el tiempo perfecto de Dios. Un largo trecho por delante y millones de existencias en ir, volver y vuelta a ir y volver.  Pero, esto genera esperanza, y expectativas positivas, optimismo de que siempre ocurrirá lo mejor, aun en las más adversas circunstancias, y entusiasmo que transforma en incansable a cada ser frente al enigma, generando paciencia, tenacidad, perseverancia, voluntad de triunfo, en cada fase, enfocando la atención en el siguiente paso, y un paso a la vez, se recorre el camino, sin limitaciones algunas.

Vayamos a donde sea que se nos ocurra, siempre encontraremos seres con quienes nos unen lazos de amistad de eras pasadas, que se manifiestan, a simple vista, naciendo expresiones de simpatías , superada la primera impresión; reconociéndose amigos, porque la amistad les es innata, por lazos de vidas pasadas. Se reconocerán como tales, y en cada extraño lugar, por la amistad, cada quien se sentirá en casa, en familia, entre afines, compañeros cooperantes unos de los otros y viceversa, en la índole esencial para cada quien.

La amistad espontánea será la evidencia clara de lazos afectivos de incontable número de vidas donde esos valores universales han ido tejiendo, y seguirá haciéndolo, la eterna amistad entre los seres de los cuatro reinos naturales.

Recordemos que la amistad se cultiva entre los seres de los diversos reinos naturales: humano, animal, vegetal y mineral, cuya conciencia, afortunadamente, cada día se va expandiendo, al respecto, percibiendo, comprendiendo y realizando cosas que nos indican, o no, que nos encontramos en el recto camino a que aludía Sidharta Gautama, en el óctuple noble sendero.

Adelante.